1. Al observar la cantidad de males
que cubren los caminos de este mundo,
pensando en el augusto responsable
caía en gran dolor, acre y profundo.
2. Yo pensaba, con lógica anticuada,
que los frutos de ruindad y desamor,
tenían un origen celestial:
la sola voluntad del gran creador.
3. Que las guerras, rapiñas y despojos,
corriente proceder de los humanos,
tenían... un solo responsable:
el que amasó aquel barro con sus manos.
4. Que la sangre que corría derramada
enloqueciendo a hermano contra hermano,
se derramaba con la complacencia
¡del dios omnipotente y soberano!
5. Pero un día, en un viejo cementerio,
en un trozo de piedra envejecida,
leí una frase breve y luminosa
que alumbró los caminos de mi vida.
6. "AQUÍ ESTÁ DIOS" la lápida decía,
"QUE POR EL HOMBRE HA SIDO ASESINADO"...
¡Entonces no era Dios el responsable
de los males que yo le había endilgado!
7. Y suelto por el mundo el asesino,
sin freno, sin castigo, sin justicia,
descargaba en su secuaz hermano,
su maldad, su violencia, su sevicia.
8. Desde el día de la revelación
considero que es algo muy normal,
que si Dios está muerto y sepultado,
reine en el mundo, soberano el mal.
VERA VÁLDOR
miércoles, 26 de enero de 2011
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