1. Hago aquí una afirmación muy difícil de creer.
Muerta estoy pues resolví hace mucho fallecer.
2. Harta de peregrinar, de dar vueltas en la vida,
puse fin a mi existencia inútilmente vivida.
3. Angustia, desamor y duda, falta de modos cordiales,
fueron en mi decisión los motivos principales.
4. Mis circunstancias ingratas, no amar ni sentirme amada,
no conocer la amistad, la frustración reiterada.
5. Esta suma negativa condicionó mi vivir.
Me sumieron en silencio del que no pude salir.
6. Mis ansias se atemperaron. Y jornada tras jornada,
presa fui de indiferencia. No me interesó más nada.
7. Ni siquiera mi dolor quiso hacerme compañía.
De mi cuerpo se alejó y así quedé más baldía.
8. Quise aferrarme a mi alma. Pero ya se había agobiado.
Resbalaba por mi cuerpo convertida en exudado.
9. Eran gotitas de angustia que mi piel evaporaba.
Eran jirones de alma que mi cuerpo abandonaba.
10. Quedé llena de vacío. La gran nada me inundaba.
Con la pesantez del hierro mi pobre cuerpo aplastaba.
11. Sin reaccionar acepté esa huida de mi alma.
Fui un androide que vivía en una forzada calma.
12. Carente de sentimientos cual un robot programado,
continué mi trivial vida por el camino trazado.
13. Desde entonces sólo existo para el vacuo transitar.
Rutina vegetativa que mecaniza mi andar.
14. Yo me sigo cuestionando sobre los mil avatares
que mi alma ha de pasar fuera de mis heredades.
15. Mis heredades carnales, mi triste cuerpo incapaz
que no le sirvió a mi alma de refugio ni solaz.
16. Mi lábil alma, fugada, ave volátil sin techo.
Que despojé del refugio que le brindaba mi pecho.
17. Me inquieta a mí ignorar cual ha sido su destino.
Si sufre el rigor causado por mi tan cruel desatino.
18. Para lograr contactar con mi alma desesperada,
me refugio en cualquier templo y lanzo allí mi llamada.
19. Con mi mente la convoco. Es réquiem ceremonioso,
una misa de difuntos que a mí me produce gozo.
20. Es un goce espiritual que atempera la oquedad
que yo siento en mi interior. Disminuye mi ansiedad.
21. Y yo, vestida de negro, musito con emoción
la oración que es un llamado que hace mi corazón.
22. Que logre la paz mi alma. Y que restañe la herida
que le produje hace tiempo cuando provoqué su huida.
23. Requiescat in pace, mi alma. Que pronto te ha de seguir
este carnal envoltorio que ya no quiere existir.
24. Con ansia quiere morir tu edificio corporal,
al que tú le conferías su belleza espiritual.
25. Sin razón para vivir, él quiere ya convertirse
en humo de crematorio. Por chimenea evadirse.
26. Para poderse mezclar con tus vapores alados.
Nada sumada a la nada. Pero por siempre enlazados.
27. Será un acto de ficción. Será una muerte fingida.
Pues sólo puede morir lo que algo tiene de vida.
28. La muerte, sin duda alguna, cesación de vida es.
No puedo morir dos veces... ¿Viva estuve alguna vez?
VERA VALDOR
sábado, 31 de marzo de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario