1. Ya no quiero ni joyas ni vestidos.
No quiero saber nada con mis pieles.
¡Basta ya, vanidades terrenales!
Probar quiero en mi vida, de otras mieles.
2. He llegado a una triste conclusión:
Se rinde culto al mundo material.
Se cuidan y atesoran mil objetos,
desdeñando la esfera espiritual.
3. La torpe vanidad nos origina
grosera sensación de posesión.
¿Adonde irán las cosas materiales
cuando yazga la dueña en un cajón?
4. Olvidado mi nombre por el mundo,
por muchos olvidada mi existencia,
mis objetos en manos de otra gente
¡mantendrán su valor y su vigencia!
5. Las cosas de mi entorno material
¡sin duda vivirán más que su dueña!
Y valdrán mucho más que mi cadáver...
¡Qué sombría verdad, poco halagüeña!
6. Dedicaré el resto de mi vida
a cultivar lo que se irá conmigo:
la amistad, el amor, la comprensión,
lo que sólo se obtiene de un amigo.
7. ¡Yo quiero reservar mis emociones
para exclusivo goce espiritual!
Y derramar mi amor sobre la gente...
llenar su corazón con mi caudal.
8. Al alaciar las penas de mi hermano
he de cumplir magnífica mision.
Y llegaré a vencer así a la muerte
¡siguiendo impulsos de mi corazón!
9. ¡Basta ya de señuelos materiales!
Mi vida he de encarar de nuevo modo.
¡Basta de pieles, joyas y vestidos!
¡A mí, por fin... ¡Me está sobrando todo!
VERA VALDOR
viernes, 20 de mayo de 2011
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