jueves, 25 de agosto de 2011

TE ESTOY ADIVINANDO EL PENSAMIENTO

Muchas veces me miras en silencio
y leo en tu mirar una epopeya.
Epopeya de amor que se asemeja
a la conquista de lejana estrella.

En ti veo mil ansias amatorias.
Desborda de lujuria tu mirada.
Lúbrico halcón que goza en el acecho
atisbando a su víctima anhelada.

Tus ojos me desnudan lentamente.
Caen mis prendas de a poco, una por una.
Se genera en tu mente el gran milagro
de tenerme ante ti sin prenda alguna.

Reflejan tus pupilas el futuro.
Me acuestas en tu lecho con cuidado.
Y contemplas, desnudo y palpitante,
mi palacio carnal ya preparado.

Sigue su ruta tu mental audacia.
De mi cuerpo haces inventario fiel.
Y cubren los collares de tus besos
mis curvas y los poros de mi piel.

Quisieras darme vuelta como a un guante.
¡Mis vísceras besar con frenesí!
Afiebrarme de amor con tus caricias
para obligarme al anhelado "sí".

Lograda mi aquiescencia en nuestro lecho
quisieras penetrarme con vigor
y reanudar la lucha tantas veces...
¡como veces lo exija nuestro amor!

Te estoy adivinando el pensamiento.
Te impide hacerlo sólo una razón.
Temor tienes que esta hembra victoriosa
¡sea letal torbellino de pasión!

VERA VALDOR

jueves, 18 de agosto de 2011

UN ANIMAL DISTINTO CADA VEZ

Cada vez que se busca nuestra carne,
que uno al otro brindamos nuestro amor
¡quisiera ser un animal distinto!
que amase suavemente o con rigor.

Si al amor inmolamos nuestros cuerpos
debo hacerlo con más intensidad.
Quiero ser diferente cada día
y ofrecer del amor su variedad.

Me quiero presentar como paloma
y expresarte mi amor con un murmullo.
Poder gozarte en forma delicada
entre caricias, besos y un arrullo.

Otra vez quiero ser una tigresa
que vive en alboroto permanente.
Que aún en el momento del placer,
con sus zarpas castiga rudamente.

Aspiro a ser también una serpiente
que utilice su lengua bifurcada
a modo de dos látigos sedosos
para lamer tu carne tan amada.

Podría convertirme en un cóndor
que clavando sus garras con gran saña,
te raptase y llevase raudamente
a su lecho de amor en la montaña.

Anhelo ser también un caracol
que ofrece humildemente su morada
para que sea la ambulante alcoba
que cobije tu carne tan deseada.

Podría transformarme en una gata
tras ingenua apariencia muy perversa.
Con su áspera lengua lamería
tu cuerpo de manera muy diversa.

Otra vez sería perra callejera
que obdiente a su celo natural,
al lecho del connubio te invitase
a través de su aroma genital.

Deseo ser tu gallina predilecta,
desplumada por tu exceso de apetencia.
Que a tu avance de gallo enardecido
no le oponga ninguna resistencia.

A veces pienso ser un hipocampo.
Que en el agua juntemos nuestra piel.
Sería nuestro símbolo afectivo
adecuado para este amor tan fiel.

Puedo ser una yegua indomeñable
que cruce la pradera velozmente.
Que mis curvas en pleno movimiento
inciten apetencias en tu mente.

Una tarántula he pensado ser.
Que después del encuentro placentero,
saciada mi sensual necesidad,
de un gran bocado te tragase entero.

¡Anhelo ser enorme elefantesa!
Con la mía tu trompa entrelazar.
Perturbando la paz de la pradera,
nuestro goce quisiera proclamar.

Hay algo que me tiene subyugada.
Ser yo la abeja reina del panal.
Que aprisione tus testes en mi seno
y arranque tu tesoro genital.

Yo quisiera ser osa juguetona
que después de las lides amorosas,
una vez alcanzado el paroxismo,
te ahogase entre sus zarpas poderosas.

¡Yo quiero amarte en forma diferente!
No sólo quiero yo ser tu mujer.
¡Un animal distinto cada vez
mi loca fantasía quiere ser!

VERA VALDOR


viernes, 12 de agosto de 2011

ME DICEN LA PANACEA

Hoy has llegado hasta mí atraído por mi fama.
Oíste que ya son muchos a quienes curó esta dama.

Ya que por fin has logrado llegar hasta mi presencia,
dime detalladamente cual es tu mal, la esencia.

¿Talvez por seguir la moda padeces tú de apatía?
¿Ningún suceso conmueve tu actitud pasiva y fría?

¿Te agota vivir la vida? ¿No sientes sus emociones?
¿Del amor espiritual, adviertes las vibraciones?

¿No te abrasa el crepitar del fuego de la pasión?
¿No se estremece tu carne y te enciende el corazón?

¿Acaso es la ambición tu problema existencial?
¿Matarías por lograr un elevado sitial?

¿Quieres la tranquilidad en tu diario acontecer?
¿Pretendes fortuna y fama, notoriedad y poder?

¿Buscas un nuevo elixir que invadiendo tu interior
anule tus sinsabores y anestesie tu dolor?

¿Quieres sentir plenamente lo que es dicha corporal?
¿Estremecerte de gozo como un salvaje animal?

¿Cuál afección tú padeces? ¿Es tu mal enrevesado?...
Agradece a quien a mí tus pasos ha encaminado.

Me dicen "la Panacea". Soy el fármaco adecuado
para aliviar cualquier mal, aún de origen endiablado.

Abarca muy amplio espectro mi terapéutica acción.
Incide sobre la mente, la carne y el corazón.

Si sigues mis instrucciones tú has de resplandecer.
Y tu pelvis logrará a tu mente obedecer.

¿La administracíon?... sencilla. Cómoda posología.
Solo tendrás que llamarme... por la noche o en el día.

No hay acciones secundarias, menos contraindicación.
Pero deberás usarme con alguna precaución.

Si sólo quieres de mí una terapia verbal,
no temas... es imposible ¡que hablando agrave tu mal!

Mas si quieres intentar el completo tratamiento,
el abuso causaría, talvez tu arrepentimiento.

Cuando mi carne se entrega a la terapia intensiva
si el paciente la soporta ¡la recuerda mientras viva!

VERA VALDOR
Posted by Picasa

jueves, 4 de agosto de 2011

MORIRE DE INDIGESTION

Pese a gustar de manjares, golosinas y bebidas,
al no caer en exceso, no son las viandas temidas.

Sin embargo, yo aseguro: ¡Moriré de indigestión!
Y no es contrasentido. Les daré una explicación.

Cada vez que a mí me mienten, cada vez que me traicionan,
cada vez que a mí me olvidan, cada vez que me abandonan,

es cual si hubiese ingerido de clavos ¡todo un puñado!
No puede recuperarse mi organismo así dañado.

Me atiborra las mentira, me da náuseas la traición.
¡Como si clavos tragase me produce indigestión!

La habitual hipocresía, la corriente falsedad,
el que cultiva el cinismo, quien deforma la verdad,

con su acción me están hiriendo. ¡Tanta maldad manifiesta
yo no puedo remediar! Me siento muy indigesta.

¡Si el mundo se transformase! ¡Es utópica ilusión!
Por eso afirmo que yo ¡moriré de indigestión!

VERA VALDOR