Hoy has llegado hasta mí atraído por mi fama.
Oíste que ya son muchos a quienes curó esta dama.
Ya que por fin has logrado llegar hasta mi presencia,
dime detalladamente cual es tu mal, la esencia.
¿Talvez por seguir la moda padeces tú de apatía?
¿Ningún suceso conmueve tu actitud pasiva y fría?
¿Te agota vivir la vida? ¿No sientes sus emociones?
¿Del amor espiritual, adviertes las vibraciones?
¿No te abrasa el crepitar del fuego de la pasión?
¿No se estremece tu carne y te enciende el corazón?
¿Acaso es la ambición tu problema existencial?
¿Matarías por lograr un elevado sitial?
¿Quieres la tranquilidad en tu diario acontecer?
¿Pretendes fortuna y fama, notoriedad y poder?
¿Buscas un nuevo elixir que invadiendo tu interior
anule tus sinsabores y anestesie tu dolor?
¿Quieres sentir plenamente lo que es dicha corporal?
¿Estremecerte de gozo como un salvaje animal?
¿Cuál afección tú padeces? ¿Es tu mal enrevesado?...
Agradece a quien a mí tus pasos ha encaminado.
Me dicen "la Panacea". Soy el fármaco adecuado
para aliviar cualquier mal, aún de origen endiablado.
Abarca muy amplio espectro mi terapéutica acción.
Incide sobre la mente, la carne y el corazón.
Si sigues mis instrucciones tú has de resplandecer.
Y tu pelvis logrará a tu mente obedecer.
¿La administracíon?... sencilla. Cómoda posología.
Solo tendrás que llamarme... por la noche o en el día.
No hay acciones secundarias, menos contraindicación.
Pero deberás usarme con alguna precaución.
Si sólo quieres de mí una terapia verbal,
no temas... es imposible ¡que hablando agrave tu mal!
Mas si quieres intentar el completo tratamiento,
el abuso causaría, talvez tu arrepentimiento.
Cuando mi carne se entrega a la terapia intensiva
si el paciente la soporta ¡la recuerda mientras viva!
VERA VALDOR
viernes, 12 de agosto de 2011
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