En su cuidado yo pongo paciencia conmovedora.
2. Las tengo muy ordenadas. Pese a su gran cantidad
acuden a mi memoria con total vivacidad.
3. Muchas he acumulado. Mi vida fue muy ingrata.
Puedo escribir un tratado si de pesares se trata.
4. Mi memoria cristalina ne me permite olvidar.
Recuerdo con nitidez los hitos de mi penar.
5. Mi pasado es ciudadela de callejuelas amargas.
Tapizadas por recuerdos de noches tristes muy largas.
6. Un laberinto infinito de ciénagas infestadas.
Un collar de muchas cuentas muy torpemente ensartadas.
7. Pasado gelatinoso. Un pantano de ilusiones.
Cementerio de esperanzas, de fallidas emociones.
8. Es mi museo interior retorcido barroquismo.
Negro, nefasto edificio hecho al borde del abismo.
9. La cárcel que me aprisiona: una pena en cada hueco.
Las recuerdo y se agigantan con su repetido eco.
10. Repiquetean en mí martirizando mi mente.
Al evocarlas responden: "Aquí estoy. Siempre presente".
11. No dejo en paz a mis penas. La pátina del pasado
de tanto y tanto evocarlas, en ellas no se ha posado.
12. Tengo temor a mi penas. Llegué a quererlas un día.
Hoy las odio pero fueron espejismos de alegría.
13. Mis penas son contrapesos que no me dejan volar.
Son experiencias amargas que me impiden el amar.
14. En el museo apiladas cual monolitos mortuorios,
son jalones del fracaso, penosos recordatorios.
15. La chatarra de mi vida, mucho mal acumulado,
vino a ocupar el vacío de todo lo que yo he dado.
16. Me distraigo con mis penas. Es mi vivir, evocar.
Ellas a mí no me dejan. Yo no las puedo dejar.
VERA VALDOR
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