sábado, 5 de junio de 2010

¡SI FUERA DEL AMOR TODO ES MENTIRA1

Se inquieta alguna gente vanamente.
Ignora la razón de su existencia.
Desconoce el objeto de su vida.
No explica en este mundo su presencia.

Algunos -son los menos- creen saberlo.
Y a sus afanes les ven algún sentido.
Los más, indiferentes, van viviendo
y mueren sin saber porqué han vivido.

Dejando filosóficos alardes,
conozco de mi vida el camino.
Sé bien por donde debo transitar
aunque ignore mi punto de destino.

Yo tengo vocación bien definida.
¡Nací exclusivamente para AMAR!
No me interesa actividad alguna.
Sólo este verbo quiero conjugar.

Y quiero conjugarlo en el "presente".
Amar profundamente, sin apuro.
Recordar mis amores del pasado
para gozar mejor los del futuro.

¡Si fuera del amor todo es mentira!
Seguro que no estoy equivocada.
Si a este mundo engañoso en que vivimos
se le quita el amor... ¡No queda nada!

Interesarse por algunos hombres
es normal en mujer enamorada.
A mí me gustan muchos, demasiado.
Reconozco que soy exagerada.

Mas no puedo con mi naturaleza.
Despierta mi interés con sólo verlos.
Cualquiera, si es del sexo masculino,
es atractivo y quiero conocerlo.

¡Ay, lo sé que nací bien construída!
¿Mi modestia? No sé. Talvez no exista.
Es natural que sea vanidosa.
Les confieso que soy muy narcisista.

Cuando admiro mi cuerpo en el espejo,
me place ver sus formas reflejadas.
Despiertan los deseos masculinos
sus ondulantes curvas bien trazadas.

Me complace sentirme codiciada.
Son ojos varoniles, aguijones,
que se clavan en mí ardientemente
produciendo inefables emociones.

¡Al paroxismo del encanto llego!
Sólo hace falta una viril mirada,
si mira intensamente el que lo hace
y la mujer es hembra bien sexuada.

No prefiero ni joven ni maduro.
Me agrada el hombre de cualquier edad.
El maduro me brinda su experiencia.
El jovencito ¡su fogosidad!

Arde el hombre que cae entre mis brazos.
Le complace de mi llama el lamido.
Siente que mi fuego es el culpable
del instante más grato que ha vivido.

Es motivo de orgullo femenino
que un varón me recuerde como amante.
La mía, que es pasión arrolladora,
perdura solamente un instante.

Pero el fugaz momento de placer,
se vive con profunda intensidad.
No se mide ese tiempo con relojes.
¡Nos evadimos de la realidad!

Pero pasa esa noche. Y la siguiente,
me encuentra entre los brazos de otro amado,
buscando febrilmente en otro lecho
si existe algo, después de lo gozado.

Pues tiene que haber algo más que el goce,
algo que ata con fuerza al satisfecho.
Ese "algo" que una vez hallado, impide
que se siga buscando en otro pecho.

Y en esta noche ¡éso busco yo!
¡Tengo un buen lecho para compartir!
Espero que el varón que en él se tienda
¡al gran placer me sepa conducir!

Pero quiera mi suerte que esta noche,
después de haber quedado bien saciada,
no sienta en mi interior solo simiente,
sino, además, ¡que estoy enamorada!

______ Vera Váldor

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