Un poeta vanidoso,
con suficiencia machista,
pretendió menoscabar
a la mujer algo lista.
"Sé bella y cállate" -dijo.
Exaltando la belleza,
menospreciando la mente
con muy poca gentileza.
Yo leí a Baudelaire.
Talvez la frase fue dicha
en un rapto irreflexivo
de literaria desdicha.
Al principio me enojó.
Pero mi propia experiencia
me mostró que dicha frase
contenía mucha ciencia.
Suele fastidiar al hombre
la mujer razonadora.
La prefiere vacua, lisa,
romántica y soñadora.
No le agrada la mujer
de relieve cerebral.
Él desea que ella luzca
buen relieve corporal.
Con el objeto preciso
de ganar su voluntad,
me puse a observar al hombre
con atención y frialdad.
Fingiendo interés y agrado
pude observar sus reacciones.
Sus dichos, sus preferencias,
eran para mí, lecciones.
Poco a poco fui reuniendo
masculina información.
La aproveché y ya soy
¡una mujer de ficción!
Cuando un hombre habla conmigo,
lo escucho muy arrobada.
Aunque diga tonterías
de poco valor o nada.
Yo finjo interés extremo
por cualquier banalidad.
Y alabo espléndidamente
la más torpe necedad.
No discuto su criterio.
Ni ningún punto de vista.
Aunque sea harto absurdo
y de tono muy machista.
Solía yo contradecir
la opinión de algún varón,
cuando era un disparate
o no tenía razón.
Ahora cambié mi estilo.
Estoy en todo de acuerdo.
Aunque mi interlocutor
sea hombre...poco cuerdo.
Que con atención lo escuchen
al hombre mucho le agrada.
¡Yo lo escucho con dulzura
fingiendo estar extasiada!
Palabras acaloradas
nuestro encanto disminuye.
A los hombres les molesta.
Por eso que alguno huye.
En este mundo machista
no quiero ser perdedora.
Por eso me muestro frágil,
tontita y encantadora.
Finjo un ingenuo desdén
por los temas substanciales.
La no discusión mantiene
¡las relaciones cordiales!
Esta actitud estudiada
me da muy buen resultado.
Yo soy experta en un arte:
¡Tener al hombre agradado!
Siendo atractiva y callada,
voy alcanzando la meta.
¡Y estoy muy agradecida
a Baudelaire, el poeta!
Vera Váldor
con suficiencia machista,
pretendió menoscabar
a la mujer algo lista.
"Sé bella y cállate" -dijo.
Exaltando la belleza,
menospreciando la mente
con muy poca gentileza.
Yo leí a Baudelaire.
Talvez la frase fue dicha
en un rapto irreflexivo
de literaria desdicha.
Al principio me enojó.
Pero mi propia experiencia
me mostró que dicha frase
contenía mucha ciencia.
Suele fastidiar al hombre
la mujer razonadora.
La prefiere vacua, lisa,
romántica y soñadora.
No le agrada la mujer
de relieve cerebral.
Él desea que ella luzca
buen relieve corporal.
Con el objeto preciso
de ganar su voluntad,
me puse a observar al hombre
con atención y frialdad.
Fingiendo interés y agrado
pude observar sus reacciones.
Sus dichos, sus preferencias,
eran para mí, lecciones.
Poco a poco fui reuniendo
masculina información.
La aproveché y ya soy
¡una mujer de ficción!
Cuando un hombre habla conmigo,
lo escucho muy arrobada.
Aunque diga tonterías
de poco valor o nada.
Yo finjo interés extremo
por cualquier banalidad.
Y alabo espléndidamente
la más torpe necedad.
No discuto su criterio.
Ni ningún punto de vista.
Aunque sea harto absurdo
y de tono muy machista.
Solía yo contradecir
la opinión de algún varón,
cuando era un disparate
o no tenía razón.
Ahora cambié mi estilo.
Estoy en todo de acuerdo.
Aunque mi interlocutor
sea hombre...poco cuerdo.
Que con atención lo escuchen
al hombre mucho le agrada.
¡Yo lo escucho con dulzura
fingiendo estar extasiada!
Palabras acaloradas
nuestro encanto disminuye.
A los hombres les molesta.
Por eso que alguno huye.
En este mundo machista
no quiero ser perdedora.
Por eso me muestro frágil,
tontita y encantadora.
Finjo un ingenuo desdén
por los temas substanciales.
La no discusión mantiene
¡las relaciones cordiales!
Esta actitud estudiada
me da muy buen resultado.
Yo soy experta en un arte:
¡Tener al hombre agradado!
Siendo atractiva y callada,
voy alcanzando la meta.
¡Y estoy muy agradecida
a Baudelaire, el poeta!
Vera Váldor
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