1. ¡Dios mío! ¡Soy insaciable!
¡Lo que veo, yo lo quiero!
¡Es tan intenso el deseo
que creo que a veces, muero!
2. En este mundo en que vivo
tan pleno de tentaciones,
me es a veces imposible
reprimir mis ambiciones.
Quiero con ansia y no puedo
lograr una gran fortuna.
¡Ser dueña del mundo entero,
del gran sol y de la luna!
Quiero en toda actividad
estar siempre a la cabeza.
Quiero gozar plenamente
los placeres de la mesa.
Quiero halagar totalmente
mi ardiente sensualidad.
Que satisfaga la fama
mi creciente vanidad.
Esta meta inalcanzable
me hace mucho meditar.
¡Vanidad de vanidades!
Yo la debo despreciar.
Sé que las cosas del mundo
-simples cosas materiales-
no pueden ser comparadas
con los valores morales.
Del problema que padezco
la solución yo bien sé.
El remedio a mi dolencia
es que Dios me otorgue Fe.
Tener Fe en lo trascendente.
Lograr la resignación
de no poder ver colmada
mi exagerada ambición.
Cambiar mi meta terrena
por un hito celestial.
Ser una armoniosa nota
del concierto universal.
Haz Dios que yo tenga Fe.
Remedia mi mal presente.
Que seas tú mi prioridad.
¡Sólo quiero ser creyente!
VERA VALDOR
viernes, 4 de marzo de 2011
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