Se revuelve mi sangre conturbada.
Semejante a una ciénaga de fuego,
me convierto en candente llamarada.
2. Yo quisiera que tú me navegaras
paseando por mi fuego abrasador.
Que nadases en este fuego de agua
que en lava convirtió mi gran amor.
3. Es mi sangre cual lava de un volcán.
En esa lava no te quemarás.
Al sentir el lamido de mis llamas,
de un dulce cosquilleo gozarás.
4. Quisiera que las lenguas de mi fuego
recorriesen tu piel en plenitud.
Sobre ti ver caerías de este modo,
agujas placenteras en alud.
5. Que el cálido placer te recorriese
por tus flancos, tu frente y tu perfil.
Que mis ígneas caricias te brindasen
de un extremo goce, horas mil.
6. Yo quisiera guiar tus movimientos
al nadar en mi ciénaga de fuego.
Serías en mis brazos salamandra
que se prestase a este temible juego.
7. Quisieras que flotaras en mi sangre
y que tus ojos de mirar tigrino,
apreciaran el suave movimiento
del diabólico baile femenino.
8. Yo seré para ti mujer de fuego.
Semejante a la nieve por su efecto.
Una nieve que quema, sin quemarse,
brindando del placer lo más perfecto.
VERA VALDOR
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