Me has requerido de amores.
Me agradas porque eres recio.
Y me expresas tu extrañeza
porque no me pongo precio.
Es natural que así sea.
Si ambos sentimos deseo
por el rato de placer,
que yo merque es algo feo.
Y puedes estar seguro
que en nuestro encuentro de amor,
a pesar de ser gratuito
daré de mí ¡lo mejor!
No podrían tener precio
los besos que da mi boca.
Que mi frenesí en el lecho
¡me convierte en mujer loca!
Sentirás, sin gasto alguno,
un sinfín de sensaciones.
He de producir en ti
abanico de emociones.
Juntas mi piel y la tuya,
mi voz muy almibarada.
Mi pasión arrolladora
que no se paga con nada.
Abrazos apasionados,
besos, mordiscos, caricias.
Convertido el lecho ardiente
¡en jardín de las delicias!
Mi aliento febricitante,
mi seductora mirada...
¿Cómo podrías pagar
esta dicha endemoniada?
Esta exaltación carnal,
tan placentera, infinita,
esta locura de amor...
¡Para ti ha de ser gratuita!
Veo que escuchas sonriente
con muestras de mucho agrado.
¡Aguarda sólo un instante
pues aún no he terminado!
Dije -y no me desdigo-
que el placer será gratuito.
Pero debemos pensar
en algún riesgo fortuito.
Me has de pagar un seguro
que solvente -por las dudas-
algo que ocurra, al tener
mis ricas curvas desnudas.
Una gripe, un resfriado...
Y si pensamos un poco,
una audaz espiroqueta
o talvez un gonococo...
Será una pequeña suma
para que a mí me solvente
las consecuencias de alcoba
cuando tú estés ausente...
Pensemos un embarazo.
¿Sabes lo cara que es
la educación de un hijito,
de la infancia a la vejez?
Si aún te quedan deseos
de estar desnudo a mi flanco,
saca pronto tu chequera
¡y extiéndeme un cheque en blanco!
Tendrá carácter gratuito
nuestra encantadora fiesta.
¡Solo pagarás los riesgos!
¿Te interesa la propuesta?
------- Vera Váldor
No hay comentarios:
Publicar un comentario