domingo, 2 de mayo de 2010

VALORES NO DECLARADOS




VALORES NO DECLARADOS




Una vez viajé en avión.


Aduaneros inspectores


me pidieron que yo hiciese


declaración de valores.




Lo que llevaba conmigo


tenía que declarar.


Para no pagar impuestos


al quererlo regresar.




Me dieron un formulario.


Y escribí muy desenvuelta,


cuales eran mis riquezas


que traería yo de vuelta.




Un par de piernas esbeltas


de aspecto muy incitante.


Un par de mamas torneadas


por escultor muy galante.




Un par de ojos febriles


con mirada pecadora.


Un par de labios muy rojos


con sonrisa aduladora.




Un par de elásticos brazos,


una cintura juncal.


Un par de glúteos marmóreos,


paradigma escultural.




Un dental doble collar


hecho de marfil perlado.


Una garganta turgente


de reflejo nacarado.




Y coronando el paisaje


una negra cabellera


que cuando yo dejo libre


va a jugar con mi cadera.




Añadí cambiando el tema


-Además soy poseedora


de vocablos que pronuncio


con voz muy arrulladora.




Firmé y entregué la lista.


El aduanero extrañado


me dijo -Disculpeme


pero usted se ha equivocado.




Según lo reglamentado


usted debe declarar


si se lleva un grabador


o máquina de filmar.




El tesoro que usted lleva,


Dios se lo guarde, señora,


no es materia impositiva.


Esto al menos, por ahora.




El inspector, muy galante,


sonriendo rompió el papel.


¿Es posible -comenté-


que yo no pague arancel?




Con todo lo que poseo


en riqueza corporal.


Ostentando claramente


mi tesoro espiritual?




¿Es posible que a la aduana


nada de eso la conmueva?


¿Que preste más atención


a una maquinita nueva?




Pienso que los reglamentos


debieran se enmendados.


¡No pueden ser mis riquezas


valores no declarados!




VERA VÁLDOR










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