viernes, 2 de septiembre de 2011

EL PELIGRO DE SER LISTA


Algunos le llaman "ángel".  Y otros le dicen "duende".
Es algo que por ahora, no se compra ni se vende.

Es ese algo especial que en cualquier actividad,
distingue, adorna y confiere nivel, clase y calidad.

Es envidiado por todos.  Envidiarlo es un error
Yo les puedo asegurar que no tenerlo, es mejor.

Se dice que yo lo tengo.  ¿Para qué me ha servido?
¡Para amargarme la vida por lo mucho que he sufrido!

Y ya les demostraré que lo que digo es verdad.
El duende es combatido por la gran fraternidad.

Hay una fraternidad que no suele perdonar.
¡Formada por los ineptos que no dejan de envidiar!

¡Por ser demasiado lista me echaron de todas partes!
Pues fueron muy envidiadas todas mis mañas y artes.

Yo estaba de vendedora en una confitería.
¡De todas las empleadas era la que más vendía!

Recomendaba el producto con habilidad y gracia.
¡Vender más que cualquier otra fue para mí una desgracia!

Las que estaban envidiadas tendieronme una celada.
Y aunque yo no era culpable a la calle fui echada.

Empecé a vender perfumes.  Y con palabras de miel,
le vendía a la mujer una loción para él.

Si llegaba un caballero, con prosa variada y bella,
de inmediato le vendía un extracto para ella.

Mis queridas compañeras,  hartas de la competencia,
lograron librarse pronto de mi molesta presencia.

Y me puse a vender ropa en una casa de modas.
Vendía desde blusitas hasta trajes para bodas.

Para vender cualquier trapo inventaba mil razones.
¡Convertía baratijas en verdaderas creaciones!

Por ejemplo, yo decía  -Su silueta encantadora
merece un modelo así  ¡digno de una gran señora!

Y la señora, bajita, compraba aquel trapo horrible,
porque vendiendo yo era ¡algo más que irresistible!

No gustó a mis compañeras ni mi estilo ni mi talle.
¡Y entre todas me pusieron de patitas en la calle!

Y no caía en la cuenta de porqué yo fracasaba.
Tratando de mejorar, cada vez más me esmeraba.

Me echaban de todas partes por ser demasiado lista...
Una amiga sugirió -¿Por qué no te haces artista?

Y me metí en el teatro.  En una gran compañía.
Tenía poca actuación.  Sólo decía "¡Buen día!"

Pero decía con gracia.  Y al terminar la función,
el público dedicaba para mí ¡una ovación!

Pero mis compañeritos pensaban de otra manera.
A nadie causaba gracia que yo fuese la primera.

¡A la calle fui otra vez!  Por ser demasiado lista,
me alejan del mostrador, del escenario o la pista...

Sin embargo tengo suerte. ¡Nadie me puede robar
el duende que llevo adentro y no pueden soportar!

Los que carecen del duende de insomnio suelen sufrir.
¡Con todo el oro del mundo no lo pueden adquirir!...

Dicen que unos millonarios dueños de una fundación,
encargaron a unos sabios que investiguen la cuestión.

Quieren saber si se puede robarle el duende a su dueño.
Descuartizaron a varios, investigan con empeño.

Buscan a gente con duende para el cruel experimento.
¡Por favor, no digan nada que yo tengo un duende adentro!

Por ser demasiado lista ¡corro peligro de muerte!
Voy a fingirme algo idiota ¡para mejorar mi suerte!

VERA  VALDOR


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