MI TRAJE REVELADOR

1. La madre naturaleza -es la opinión del varón-
al dibujar mis contornos
puso bastante atención.
2. Trazó curvas definidas.
Dibujó talle afinado.
Cuidó todos los detalles
que terminó con cuidado.
3. Permítanme que les diga
con vanidad muy normal,
que este ejemplar de mujer
francamente no está mal.
4. Si aceptan lo que aquí he dicho
compartirán mi opinión:
No debo ocultar mis curvas
con un largo camisón.
5. Y que al salir a la calle
no debo ser egoísta.
Debo ponerme un vestido
que me permita ser vista.    6. Debe ser revelador.
    Sin llegar a escandaloso,  producirá en el que mira
   un sensual y amable gozo.
7. La tela puede ser seda.  Tiene la enorme virtud
de exaltar lo que hay debajo con marcada exactitud.
8. La sensación de tersura y su brillo satinado,
son anticipo visual de mi piel y su acabado.
9. Apenas a la rodilla deberá llegar el ruedo.
¿Para qué ocultar mis piernas cuando exhibirlas yo puedo?
10. El talle sin ataduras ceñido naturalmente.
Quiero exhibir mi cintura, mostrar su belleza ingente.
11. Por debajo de la seda deben jugar mis caderas.
Gestarán mis redondeces ambiciones placenteras.
12. Un escote generoso será el punto de atención
que atraerá como un imán las miradas del varón.
13. No sólo será visual el testimonio brindado.
Mi gran llamado de amor será oído y olfateado.
14. Con el runrún de la seda llegará a mi espectador
-precedido por mi aspecto-  el aroma del amor.
15. He de arrojar en la tela gotitas de fina esencia.
Mezcladas con mis aromas delatarán mi presencia.
16. He de ser plato ambulante,  compendio de tentaciones.
Ha de provocar mi paso inefables sensaciones.
17. Este sinfin de emociones vinculadas al amor,
han de tener un culpable:  ¡Mi traje revelador!

       VERA  VALDOR