viernes, 28 de mayo de 2010

Posted by Picasa

¡SOLO PAGARAS LOS RIESGOS1


Me has requerido de amores.

Me agradas porque eres recio.

Y me expresas tu extrañeza

porque no me pongo precio.


Es natural que así sea.

Si ambos sentimos deseo

por el rato de placer,

que yo merque es algo feo.


Y puedes estar seguro

que en nuestro encuentro de amor,

a pesar de ser gratuito

daré de mí ¡lo mejor!


No podrían tener precio

los besos que da mi boca.

Que mi frenesí en el lecho

¡me convierte en mujer loca!


Sentirás, sin gasto alguno,

un sinfín de sensaciones.

He de producir en ti

abanico de emociones.


Juntas mi piel y la tuya,

mi voz muy almibarada.

Mi pasión arrolladora

que no se paga con nada.


Abrazos apasionados,

besos, mordiscos, caricias.

Convertido el lecho ardiente

¡en jardín de las delicias!


Mi aliento febricitante,

mi seductora mirada...

¿Cómo podrías pagar

esta dicha endemoniada?


Esta exaltación carnal,

tan placentera, infinita,

esta locura de amor...

¡Para ti ha de ser gratuita!


Veo que escuchas sonriente

con muestras de mucho agrado.

¡Aguarda sólo un instante

pues aún no he terminado!


Dije -y no me desdigo-

que el placer será gratuito.

Pero debemos pensar

en algún riesgo fortuito.


Me has de pagar un seguro

que solvente -por las dudas-

algo que ocurra, al tener

mis ricas curvas desnudas.


Una gripe, un resfriado...

Y si pensamos un poco,

una audaz espiroqueta

o talvez un gonococo...


Será una pequeña suma

para que a mí me solvente

las consecuencias de alcoba

cuando tú estés ausente...


Pensemos un embarazo.

¿Sabes lo cara que es

la educación de un hijito,

de la infancia a la vejez?


Si aún te quedan deseos

de estar desnudo a mi flanco,

saca pronto tu chequera

¡y extiéndeme un cheque en blanco!


Tendrá carácter gratuito

nuestra encantadora fiesta.

¡Solo pagarás los riesgos!

¿Te interesa la propuesta?


------- Vera Váldor

domingo, 23 de mayo de 2010

EL HAMBRE MATÓ A MI NIÑO

EL HAMBRE MATÓ A MI NIÑO

¡Silencio, mundo espantoso!
Quiero que oigan mi grito.
Que el mundo entero lo sepa:
¡Hoy ha muerto mi angelito!

Mi niño murió de hambre.
Yo no pude ser capaz
de encontrar un alimento
para que viviera más.

Mis pechos cuelgan exangües.
Pobre madre desnutrida.
Se secó mi manantial.
No pude darle más vida.

Hasta la última gota
de mis pechos exprimidos
a mi niño le entregué
prolongando sus latidos.

Esta triste criatura
tuvo una larga agonía.
Yo impotente, desolada,
veía que se moría.

Imploré, pedí una ayuda.
Los p0rtales se cerraron.
Muchos son los responsables,
los que a mi niño mataron.

Acudí a los palacios.
Golpee en vano muchas puertas.
Supliqué por pan o leche.
Pedí sobras de sus fiestas.

Cien excusas diferentes.
Una firme negativa
impidió saciar el hambre
de esta madre fugitiva.

Fui fugitiva del hambre.
El hambre nos alcanzó.
Ya mató a mi pobre niño.
Muy pronto moriré yo.

Mi niño está en piel y hueso.
Es vidriosa su mirada.
Su piel casi transparente
y su pancita abultada.

Sus ojos miran sin ver.
Los míos ya se han secado.
Siento que un sordo rencor
en mi pecho se ha instalado.

¿Por qué ha muerto mi niño?
¿Por qué mueren por docenas?
¿Se acabaron en el mundo
todas las personas buenas?

¿Por qué millones de seres
viven en un negro abismo?
¿Es que se adueñó del mundo
un insensible egoísmo?

¡Qué mundo tan miserable!
¡Qué horrible cobardía
permite que estén muriendo
miles de niños por día!

Alguien nos malgasta el trigo.
Despilfarra el alimento
que Dios quiso que sirviera
a los niños de sustento.


Mi niño se está enfriando.
Yo no lo quiero enterrar.
Por los campos y ciudades
su cuerpito he de pasear.

Voy a plantarme en la entrada
de los suntuosos palacios
para enrostrar procederes
llevando mi niño en brazos.

Quiero que vean su cadáver
dictadores, presidentes.
Y que así tomen conciencia
de la muerte de inocentes.

Se pone tieso mi niño.
Se está poniendo muy frío.
A Dios ya no pido pan.
Pido que me infunda brío.

Paea soportar la carga
de esta piltraca inocente.
Para que vean qué han hecho
con nuestra mísera gente.

Talvez este triste cuadro
de una madre moribunda
conmueva los corazones
donde el alimento abunda.

Quisá la horrible visión
de este despojo que quiero
ayude a cambiar el mundo,
lo transforme en justiciero.

Aunque mi bebé no viva,
podrán vivir otros más.
Util mi esfuerzo será.
Eso pido. Nada más...

Si no prestan atención
moriré desesperada.
Con mi niño entre los brazos
quisiera ser enterrada...

Enterrada en un sembrado.
Que nuestros cuerpos enjutos
sirvan de abono a la tierra
para que dé nuevos frutos.

C A N T O

Que tu muerte, mi pequeño,
abra los ojos del mundo.
Que cese ya la matanza
es mi deseo profundo...

VERA VÁLDOR
_____

viernes, 14 de mayo de 2010

SOY MAESTRA DE AMOR



Atrae a muchos la ciencia.


Hay quienes nacen artistas.


Otros se dan al comercio


y otros nacen deportistas.





Yo nunca me he interesado


por ninguna de estas cosas.


Mi atención siempre llamaron


¡cosas mucho más hermosas!





El amor, el erotismo,



seducir, ser seducida.


Para el amor yo he nacido.


¡Esa es mi forma de vida!





Casi ya adolescente


me metí en el Normal.


Chicos y hombres maduritos


me invitaban por igual.





Teníamos un buen mozo


profesor de Anatomía.


Practicábamos de noche


lo que enseñaba de día.





Aprendí así muchas cosas


que agrandaron mi experiencia.


Que esa era mi vocación,


empecé a tener conciencia.





Cuando llegó el momento


de ir a la Universidad,


fue imposible decidirme


por una sola Facultad.





Seguí cursos simultáneos


de lo que me interesaba.


En Medicina estudié


cómo el hombre funcionaba.





En Veterinaria quise


ver fabricar los terneros.


¡Que suerte tienen las vacas


con toros tan tesoneros!





Tanbién fui a Arquitectura.


Sin cursos preparatorios


me interesé especialmente


por camas y dormitorios.





Profundicé en Derecho


lo de mi especialidad:


Concubinas, matrimonio,


erotismo, obscenidad.





Con mi experiencia les digo


-mi vanidad lo reclama-


¡Yo soy maestra de amor,


diplomada en una cama!





Vera Váldor *****

domingo, 9 de mayo de 2010

CRIMEN EN MI VIENTRE

CRIMEN EN MI VIENTRE

¡Qué frío hacía esa tarde!
Me crucé con poca gente.
Ninguno podía verlo.
Yo lo llevaba en mi vientre.

Era yo mujer muy pobre.
Sin esperarlo llegó.
No quise que fuese pobre.
Tan pobre como era yo.

El niño llegó a mi vida
simplemente por descuido.
Yo no quise que sufriera
lo que yo había sufrido.

Vacilante, me asusté.
Y me pareció un favor
que arrancaran de mi seno
el fruto de aquel amor.

¡Qué frío hacía esa tarde!
Yo no miraba a la gente.
No era yo. Éramos dos.
Lo mataron en mi vientre.

Jamás podré olvidarlo.
A mi pobre criatura,
por mi voluntad le dieron,
albañal por sepultura.

¡Quién sabe qué sucia rata
o despreciable alimaña,
se alimentó aquella tarde
con despojos de mi entraña!

Aliviada regresé.
Ya no estaba el vientre tibio.
Y me sentí liberada.
Mas duró poco el alivio.

Creí que lo había expulsado
a pedazos, totalmente.
Pero estaba equivocada.
Algo se quedó en mi mente.

En mi torrente sanguíneo
mi niño debió inyectar
una substancia expiatoria
que me impedía olvidar.

¡Qué frío hacía esa tarde!
La tendré siempre presente.
Jamás la podré olvidar.
Hubo un crimen en mi vientre.

Días después de aquel día
yo creí volverme loca.
Las palabras "¡Lo he matado!"
no caían de mi boca.

Trajinando sin sosiego
las calles de mi ciudad,
buscaba en niños, el rostro,
del que mató mi maldad.

¿Es que, Señor, fue el castigo
a un proceder poco cuerdo?
Yo no lo amé en mi seno.
Lo amé luego, en el recuerdo.

El aparente motivo
fue mi absoluta pobreza.
Pero debí defenderlo
con amor y con fiereza.

Hoy pienso que fue funesto
romper aquel embarazo.
¿No dicen que todo niño
trae sustento bajo el brazo?

Para el hijo de mi amor
era bastante riqueza
el palacio de mi vientre
para albergar su pobreza.

Señor ¿Por qué me dejaste
proceder con cobardía?
Hoy te hago esta pregunta.
No te la hice ese día.

Por mi error de aquel entonces
yo he sido muy castigada.
Nunca más podré en mi vida
¡ay! sentirme embarazada.

Una horrible depresión
fue mi castigo y condena.
Yo la acepté resignada,
sin rabia, con mucha pena.

Ya no pido a Dios perdón.
Que no se cierre mi herida.
Quiero llevar esta cruz
por el resto de mi vida.

¡Qué frío hacía esa tarde!
Para el niño de mi amor,
de vez en cuando yo arrojo
al albañal una flor!...

CANTO :

Mi ángel no está enterrado.
¿Adonde pongo las flores?
¡Porque carece de tumba
el niño de mis amores!

VERA VÁLDOR

______


























domingo, 2 de mayo de 2010

VALORES NO DECLARADOS




VALORES NO DECLARADOS




Una vez viajé en avión.


Aduaneros inspectores


me pidieron que yo hiciese


declaración de valores.




Lo que llevaba conmigo


tenía que declarar.


Para no pagar impuestos


al quererlo regresar.




Me dieron un formulario.


Y escribí muy desenvuelta,


cuales eran mis riquezas


que traería yo de vuelta.




Un par de piernas esbeltas


de aspecto muy incitante.


Un par de mamas torneadas


por escultor muy galante.




Un par de ojos febriles


con mirada pecadora.


Un par de labios muy rojos


con sonrisa aduladora.




Un par de elásticos brazos,


una cintura juncal.


Un par de glúteos marmóreos,


paradigma escultural.




Un dental doble collar


hecho de marfil perlado.


Una garganta turgente


de reflejo nacarado.




Y coronando el paisaje


una negra cabellera


que cuando yo dejo libre


va a jugar con mi cadera.




Añadí cambiando el tema


-Además soy poseedora


de vocablos que pronuncio


con voz muy arrulladora.




Firmé y entregué la lista.


El aduanero extrañado


me dijo -Disculpeme


pero usted se ha equivocado.




Según lo reglamentado


usted debe declarar


si se lleva un grabador


o máquina de filmar.




El tesoro que usted lleva,


Dios se lo guarde, señora,


no es materia impositiva.


Esto al menos, por ahora.




El inspector, muy galante,


sonriendo rompió el papel.


¿Es posible -comenté-


que yo no pague arancel?




Con todo lo que poseo


en riqueza corporal.


Ostentando claramente


mi tesoro espiritual?




¿Es posible que a la aduana


nada de eso la conmueva?


¿Que preste más atención


a una maquinita nueva?




Pienso que los reglamentos


debieran se enmendados.


¡No pueden ser mis riquezas


valores no declarados!




VERA VÁLDOR