viernes, 29 de octubre de 2010

¡AY...SI LA VIDA ME DIERA OTRA VIDA!...

1. ¡Ay... Si la vida me diera otra vida!...
Yo quisiera vivir otra existencia
para darte mi gran caudal de amor
y gozar plenamente tu presencia.

2. Con una sola vida -es mi desgracia-
mis anhelos de amor tan devastante,
nunca serán del todo satisfechos.
Vivo la frustración de un gran amante.

3. Pues nuestro amor no ha sido desplegado.
Un amor tan proteico, tan profundo,
necesita más tiempo que el común,
el que rige a los seres de este mundo.

4. Afecto de la carne y del alma.
Bendito amor, maravilloso hallazgo
que al vivir su pasión en plenitud,
supo eludir el tedio y el hartazgo.

5. Es una mezcla muy equilibrada
de frenesí, dulzura y de tormento.
De brutal ansia de carnal amor.
De espiritual, profundo sentimiento.

6. Esta tenaz pasión devoradora
se alimenta del tiempo fugitivo.
Este amor adueñado de mi ser
es de mi vida el único motivo.

7. Es por eso que quiero yo pedir
a mi vida me dé una nueva vida.
Para entregar lo que mi pecho abrasa
no alcanzó la existencia ya vivida.

8. Mi carne sepultada bajo tierra
un grito lanzaría desgarrante.
Un grito de pasión y de impotencia.
Brutal aullido de amor crepitante.

9. ¡Ay... Si la vida me diera otra vida!
A mi vera rondando veo la muerte.
Y pienso que al poder vivir de nuevo
procuraría amarte de otra suerte.

10. Sin menoscabar mi pasión sublime,
sin refrenar mi ímpetu carnal,
trataría de hecho y de palabra,
de ser más afectuosa y más cordial.

11. De enmendar trataría mis errores.
Usaría vocablos armoniosos.
Para que no empañase mi torpeza
instantes inasibles tan valiosos.

12. De borrar trataría, cordialmente,
esas manchas conque mi ingratitud
tiznó tus delicados sentimientos.
Pondría en mis acciones pulcritud.

13. ¡Ay... Si la vida me diera otra vida!
Después de haber vivido la experiencia,
con pasión y retoques trazaría
el diseño feliz de mi existencia...

VERA VÁLDOR

viernes, 22 de octubre de 2010

YO QUISIERA GRADUARME DE MUJER

1. Yo quisiera graduarme de mujer.
Alguno que me observa ha de pensar
que yo soy de la especie femenina
bello, brioso ¡magnífico ejemplar!
2. Se equivoca quien juzga mi apariencia.
Me presento ardorosa, temeraria,
arrogante, impetuosa y elocuente
cual si fuera mujer extraordinaria.
3. Exultante pregono en este mundo
que vengo de un planeta muy distante.
Que a mi placer recorro las galaxias
y cubro esa distancia en un instante.
4. De mi aura insinúo la evidencia.
Sugiero que doradas radiaciones
me confieren carisma inigualable.
Una más de mis tantas condiciones.
5. La gente así me ve, casi irreal.
Suelen verme con gran admiración.
Para otros de oprobio soy motivo
y me odian hasta la execración.
6. Muy distinta es mi magra realidad.
¡Qué timidez esconde mi bravura!
¡Qué ser asaz menguado me cobija
tras el pobre antifaz de mi hermosura!
7. De pequeña advertí mi cobardía.
Mi supuesto valor fue muy mezquino.
Y no pude evitar ser responsable
de cumplir mi mandato femenino.
8. Viví mimetizada de mujer.
Engañé a los demás con mi apariencia.
Mas no pude envolver con mis falsías
al fiscal eficaz de mi conciencia.
9. He llegado a una amarga conclusión:
Si duda debe ser mi cruel destino.
Adentro de exterior muy opulento
sólo vegeta un ser muy anodino.
10. ¡Cómo quiero poder enamorarme!
¡Quisiera ser de todas la más fuerte!
Y tener un coraje a toda prueba
¡que ni aún se arredrase ante la muerte!
11. ¡Aparearme quisiera con gran ímpetu!
¡Que en mí fructificase el gran amor!
¡Parir ese retoño de mi cuerpo!
¡Defenderlo del mundo con ardor!
12. ¡Qué gran quimera! ¡Ser mujer al uso!
Poder ser madre tierra y codiciosa.
¡Querubínica, histérica y tirana!
¡Ingenua, temeraria y melindrosa!
13. Y ser el epicentro permanente
de cuanto crea el hombre envanecido.
Ser su esclava aparente y dominarlo.
¡Ser yo la vencedora y él, vencido!
14. Esta imagen que el mundo me atribuye
no responde a tan pobre realidad.
Yo quisiera graduarme de mujer
y así saber lo que es... ¡Felicidad!
VERA VÁLDOR

viernes, 15 de octubre de 2010

QUIERO HACERTE MAS FALTA CADA DIA

1. Me dices que me amas con locura.
Y que soy de tu vida, la razón.
Que has llegado a la cumbre de la entrega.
Y has perdido por mí, tu corazón.
2. Son palabras de dulce contenido.
Mas soy mujer y sé cuando se miente.
Y he de ensayar contigo mi sistema
para lograr ser dueña de tu mente.
3. Pondré en juego virtudes amatorias.
Y mi experiencia en ti he de volcar.
Verás de qué es capaz una mujer
si a un varón se propone dominar.
4. En aras de los fines que yo busco
a mi vasta experiencia apelaré.
Y al hombre indiferente que tu eres
en candente amador transformaré.
5. Mi vibrante y sensual comportamiento
quebrará tus defensas varoniles.
Y tus actos preñados de machismo
deberán transitar nuevos carriles.
6. En ti provocaré necesidades
que sólo yo podré satisfacer.
Y te has de preguntar con gran asombro
"¿Qué me ha hecho, Señor, esta mujer?"
7. En ti generaré dulce sopor.
He de ser tu nirvana terrenal.
Seré también feroz estimulante
que sepa despertar al animal.
8. Has de vivir conmigo extensa gama
de placeres violentos y serenos.
Y en la hora en que esté lejos de ti
¡sin duda me echarás mucho de menos!
9. He de hacer en tu cuerpo y en tu mente
un trabajo sutil de orfebrería.
Porque mucho te quiero y necesito
¡quiero hacerte más falta cada día!
VERA VÁLDOR

viernes, 8 de octubre de 2010

VIVENCIA DE UNA ACTRIZ

(Mi tribular con los personajes de "BODAS")
-Aquí quiero decir qué me ha ocurrido
en mi encuentro con mi amigo FEDERICO.
Por vez primera yo lo conocí
a través de sus BODAS, las de sangre.
Ese texto sublime acrecentó
mi gustación por el castizo idioma.
Abrevé en su complejo manantial,
barroca muchedumbre de vocablos
preñados de poesía, de lirismo,
nacidos de la boca de un poeta
arraigado en la vieja Andalucía.
- Desfilaron ante mí sus personajes,
silvestres paradigmas de esa tierra.
Rusticidad, barbarie verdadera
con pasiones en choque y asperezas.
Perfiles trazados con cincel,
esculpidos en tierra dura y seca.
Lenguaje pletórico de ritmos
donde laten los pulsos de la tierra.
Humanos de telúrica raigambre,
movidos por el estro de un poeta.
- Me enamoré de aquellos personajes,
sin distinción de edades ni de sexo.
Una extraña aventura allí empecé
deseando apoderarme de sus almas.
Me sentí acobardada e impotente.
Pequeña me sentí para abarcarlos.
Pretendí usufructuar su gran belleza.
Darles vida carnal sobre las tablas.
Mas eran sombras inasibles, muy fugaces.
Mi esfuerzo no lograba capturarlas.
- Figuras literarias en tropel
invadían mi ser y desbordaban.
Mi bagaje gestual insuficiente,
mis pobres ademanes y posturas,
muy nimias expresiones materiales
de aquella gran riqueza literaria.
No vibraba mi voz en armonía
con el ritmo que imponía la tragedia.
Mi precario movimiento no alcanzaba
a plasmar las figuras literarias.
- Y extenuada, muy triste y ya vencida,
yo tuve ua magnífica ocurrencia:
Implorar al señor de aquellas letras
un poco de su ayuda celestial.
Lo hice, lo invoqué, se presentó.
Le dije que quería ser histriona,
asistida por su DUENDE portentoso.
Con gesto complaciente abrió su boca...
Sentí que me invadió una fuerza extraña.
Era el duende con sabor de Andalucía
que el poeta generoso me prestaba.
- Un resplandor sentí dentro de mí
que el texto de aquel libro iluminó.
Develándome todos los misterios
que no pude ¡ay de mí! develar yo.
Cual diapasón yo me sentí vibrar.
Y no alcanzó la luna de mi espejo
para abarcar la variedad de formas
que surgían de aquel duende y aquel texto.
Advertí que mis vísceras se abrían
mostrando los arcanos de su seno.
Y saqué de mis entrañas deslumbradas
la esencia plasmadora de esas sombras.
Viendo yo con precisa nitidez
los variados fantasmas de la trama.
- Al conjuro del duende recibido
iba cobrando la tragedia, vida.
Convirtiose mi cuerpo en una fuente
que generosa su caudal me daba.
Fui madre visceral, luna de plata.
Fui la novia cerril, Leonardo amante.
Fui mendiga agorera de la sangre,
morbosa Muerte sedienta de tragedia.
Y en aquella ceremonia de ficción,
sorprendida perdí mi identidad.
-Preñada de tus BODAS, Federico,
en pagana vestal me convertí.
En el ara de madera del tablado
ya soy sacerdotisa de tu culto.
Cuando encarno a tus seres en la escena
yo me siento oficiante y soy ofrenda
de una extraña liturgia literaria.
Loado sea tu duende, Federico,
que sutil, mis neuronas ha tatuado.
Al entrar en el luto de ficción
envuelta con mis negros arambeles,
me siento -por la gracia de tu duende-
la intangible encarnación de tu tragedia.
VERA VÁLDOR

viernes, 1 de octubre de 2010

SOY UNA NEURONA CON CURVAS


1. Aún en la actualidad
a pesar del gran progreso,
se dice de la mujer
que tiene muy poco seso.
2. En forma peyorativa
el hombre dice también
que el cerebro a la mujer
no le funciona muy bien.
3. Para algunos es un hecho.
La soberbia masculina
le niega capacidad
a la mente femenina.
4. Lo que dicen no me importa.
Y no pienso hacerles caso.
Solamente les diré
qué es lo que ocurre en mi caso.
5. Tengo una sola neurona.
Desde mi primera infancia
yo la supe cultivar
y creció con arrogancia.
6. Poco a poco fue creciendo
la neurona cultivada
y creció de tal manera
que hoy la tengo hipertrofiada.
7. Y toda mi vanidad
igual que mi gran orgullo,
se deben únicamente
a ese crecimiento suyo.
8. Esa neurona es vital
pues ha sido programada
para que esta portadora
sea mujer muy amada.
9. La modelé a semejanza
de mis curvas corporales.
Y logré que mi neurona
posea curvas mentales.
10. Mi encéfalo es muy pequeño
pero merece tal nombre.
Pues a pesar de ser chico
con él cazo a cualquier hombre.
11. Con ayuda de mis curvas
-las que tengo al exterior-
utilizo mi neurona
por su efecto seductor.
12. Lo de afuera es atractivo
mas sólo es carrocería.
El verdero motor
¡es esta neurona mía!
13. En tren de decir aquí
definiciones baratas,
sepan ustedes que soy
¡una neurona con patas!
14. Y auque mis extremidades
-según dice los varones-
para exigencias viriles
cuplen con las condiciones,
15. la que les da movimiento,
el andar como leona,
es debido a la existencia
de mi exquisita neurona.
16. Yo no sé si mentalmente
valgo menos, valgo más,
que uno que otro varón
que se dice muy capaz.
17. Esta neurona con curvas
le ha calentado la mente
a más de un viril varón
que se dice inteligente.
18. Y aquí les dejo un consejo:
La que esté muy bien formada
que a su espíritu y su mente
¡no los descuide por nada!
VERA VÁLDOR