sábado, 31 de marzo de 2012

REQUIEM PARA MI

1. Hago aquí una afirmación muy difícil de creer.
Muerta estoy pues resolví hace mucho fallecer.
2. Harta de peregrinar, de dar vueltas en la vida,
puse fin a mi existencia inútilmente vivida.
3. Angustia, desamor y duda, falta de modos cordiales,
fueron en mi decisión los motivos principales.
4. Mis circunstancias ingratas, no amar ni sentirme amada,
no conocer la amistad, la frustración reiterada.
5. Esta suma negativa condicionó mi vivir.
Me sumieron en silencio del que no pude salir.
6. Mis ansias se atemperaron. Y jornada tras jornada,
presa fui de indiferencia. No me interesó más nada.
7. Ni siquiera mi dolor quiso hacerme compañía.
De mi cuerpo se alejó y así quedé más baldía.
8. Quise aferrarme a mi alma. Pero ya se había agobiado.
Resbalaba por mi cuerpo convertida en exudado.
9. Eran gotitas de angustia que mi piel evaporaba.
Eran jirones de alma que mi cuerpo abandonaba.
10. Quedé llena de vacío. La gran nada me inundaba.
Con la pesantez del hierro mi pobre cuerpo aplastaba.
11. Sin reaccionar acepté esa huida de mi alma.
Fui un androide que vivía en una forzada calma.
12. Carente de sentimientos cual un robot programado,
continué mi trivial vida por el camino trazado.
13. Desde entonces sólo existo para el vacuo transitar.
Rutina vegetativa que mecaniza mi andar.
14. Yo me sigo cuestionando sobre los mil avatares
que mi alma ha de pasar fuera de mis heredades.
15. Mis heredades carnales, mi triste cuerpo incapaz
que no le sirvió a mi alma de refugio ni solaz.
16. Mi lábil alma, fugada, ave volátil sin techo.
Que despojé del refugio que le brindaba mi pecho.
17. Me inquieta a mí ignorar cual ha sido su destino.
Si sufre el rigor causado por mi tan cruel desatino.
18. Para lograr contactar con mi alma desesperada,
me refugio en cualquier templo y lanzo allí mi llamada.
19. Con mi mente la convoco. Es réquiem ceremonioso,
una misa de difuntos que a mí me produce gozo.
20. Es un goce espiritual que atempera la oquedad
que yo siento en mi interior. Disminuye mi ansiedad.
21. Y yo, vestida de negro, musito con emoción
la oración que es un llamado que hace mi corazón.
22. Que logre la paz mi alma. Y que restañe la herida
que le produje hace tiempo cuando provoqué su huida.
23. Requiescat in pace, mi alma. Que pronto te ha de seguir
este carnal envoltorio que ya no quiere existir.
24. Con ansia quiere morir tu edificio corporal,
al que tú le conferías su belleza espiritual.
25. Sin razón para vivir, él quiere ya convertirse
en humo de crematorio. Por chimenea evadirse.
26. Para poderse mezclar con tus vapores alados.
Nada sumada a la nada. Pero por siempre enlazados.
27. Será un acto de ficción. Será una muerte fingida.
Pues sólo puede morir lo que algo tiene de vida.
28. La muerte, sin duda alguna, cesación de vida es.
No puedo morir dos veces... ¿Viva estuve alguna vez?

VERA VALDOR

VERA VALDOR

Vera Valdor

sábado, 24 de marzo de 2012

¡QUE PENA ME DAN MIS PENAS!

1. Si pusiese en la balanza de un lado mis alegrías
y amontonase en el otro toditas las penas mías,
2. el platillo de las penas quedaría muy abajo.
Pues he arrastrado mi vida con dolor y con trabajo.
3. Por más de cien dentelladas yo tengo herida mi piel.
No he saboreado las mieles. Sólo conocí la hiel.
4. Depredadores famélicos son mis verdugos sociales.
Que de mi ser se alimentan cual hambrientos animales.
5. Que torpe agresividad vive cercando mi vida.
Mi alma otrora lozana yace mustia, triste, herida.
6. Tengo en mi seno guardado un tabernáculo de oro.
¡Que está de penas repleto! : Las lágrimas...que no lloro.
7. Es mi tesoro escondido al que yo sola conozco.
Es el fruto de vivir en este mundo tan hosco.
8. Yo quiero encontrar su llave... y mis lágrimas verter.
Tanta pena acumulada...ya no puede contener.
9. Conservo en los anaqueles de mi maldita memoria,
el largo collar de penas que me recuerdan mi historia.
10. Son paquetes de postales que se apilan en mi mente.
Cada postal un recuerdo, cruel legado de la gente.
11. Es depósito siniestro. Es un archivo ordenado
de todo lo que en mi vida me ha agredido y lastimado.
12. Y no las puedo olvidar. Las tengo siempre presentes.
Son un enorme racimo de enemigas consecuentes.
13. Son postales del dolor. Hechas con tristes colores.
Pobre realidad impresa con mis múltiples dolores.
14. Quiero llorar y no puedo. Talvez las lágrimas mías
borrasen esas tarjetas y las dejasen vacías.
15. Instantáneas tenebrosas que con su sola presencia
enturbian las alegrías escasas de mi existencia.
16. Cansada estoy de vivir con este peso en mi alma.
¿No habrá alguna solución para que encuentre la calma?
17. Por favor, abran mi cráneo. Que mis penas sean quitadas.
Que no quede ni una sola. Y que todas sean quemadas.
18. Que esas feroces pirañas que me producen tormento,
no penetren en la mente de otro ser talvez contento.
19. ¡Qué pena me dan mis penas! ¡Pero tienen que morir!
Será ese el requisito para poder yo... ¡vivir!

VERA VALDOR

viernes, 16 de marzo de 2012

HOY HE LLEGADO AL HARTAZGO

1. ¿Qué objeto tiene mi vida? Los que al mundo me arrojaron
-por supuesto sin mi anuencia- ¿qué misión me encomendaron?
2. Ya han pasado muchos años. Viví ya lo suficiente.
De esa pregunta, respuesta no he tenido hasta el presente.
3. Mi entorno me desagrada. Y quise en todo momento
introducir algún cambio. Mas fracasé en el intento.
4. Padezco hartazgo de vida. La gente no es la culpable
que yo piense que el vivir es tarea poco amable.
5. Mis semejantes actúan -con razón o sin razón-
según la naturaleza que trazó su construcción.
6. Soy de carne putrescible. Y esto marca un derrotero.
No siempre enmienda la ruta el espiritual esmero.
7. Hoy de nuevo estoy insomne. En la alta madrugada,
ansiosa, angustiada, espero del reposo la llegada.
8. Es vigilia permanente. Es consciente duermevela,
es aguardar el olvido que mi alma seca anhela.
9. Por contraste doloroso, hay días en mi existencia
en que creo vislumbrar la tan ansiada presencia.
10. ¡Necesidad de vivir! Disfrutar lo apetecible
que sin duda ha de existir en este mundo insensible.
11. Mas pronto pasa el impulso. Otra vez se desvanece.
La ilusión queda deshecha y mi vida se ensombrece.
12. Puntos altos, puntos bajos. ¡Ciclotimia impertinente!
¡Con tan escasa alegría y tristeza tan frecuente!
13. Padezco desasosiego. Culpo a mi fisiología.
Conozco su mecanismo que repite día a día.
14. No me resigno al papel de ser tubo digestivo.
¿Es comer y exonerar de nuestra vida el motivo?
15. Siento el transcurrir del tiempo. Advierto mi involución.
No absorbo la realidad en mi triste condición.
16. Harta de cavilaciones. ¡Razonamientos pueriles
supuestamente elevados! Son temores infantiles.
17. Tampoco el sueño es reposo. Mis aventuras mentales
-me perturban mis ensueños- resultan perjudiciales.
18. ¡Padezco hartazgo de vida! Me agravia la convivencia
con incomprensibles seres que perturban mi existencia.
19. Harta estoy del falso amor, de su gran labilidad.
Amor que deja en el alma trasgusto a infelicidad.
20. Me harta el placer y el dolor. Compañía circunstancial.
Dosis desequilibrada. Sinrazón existencial.
21. Hartazgo de la ciudad. Contemplar esta colmena
con su afán desmesurado produce en mí una gran pena.
22. Harta de lo natural. ¡Ay, madre naturaleza!
Olvidar tus destemplanzas me parece una torpeza.
23. Harta de la enfermedad. Me recuerda ser mortal
cuando rompe inesperada mi silencio visceral.
24. Y mi silencio corpóreo tampoco es apetecible.
Me engaña haciéndome creer que yo soy indestructible.
25. Por monótonos caminos harta de mi diario andar.
Por senderos de la noche harta de mi deambular.
26. Por no traerme sosiego harta estoy de la riqueza.
Por padecer ruin miseria harta estoy de la pobreza.
27. ¡Estoy harta del hartazgo! ¿Es mi refugio el dormir?
Sólo una incógnita resta: ¿He de hartarme de morir?
28. Quiero llorar en silencio en vacía catedral.
Sin pedir misericordia para este trasto carnal...

VERA VALDOR

jueves, 8 de marzo de 2012

¡FUERA LOS DEPREDADORES!

1. ¡Fuera los depredadores! A esa maldita casta
que ha devastado mi vida, aquí yo le digo ¡Basta!
2. Harta estoy del proceder del individuo falaz
que me halaga por delante y me hiere por detrás.
3. Cansada estoy del que finge tener por mí grande amor.
Y se solaza a menudo tratándome con rigor.
4. Me indigna toda persona que procede de tal suerte.
Que me obliga a dar a diario otro paso hacia la muerte.
5. Quien mata mi buena fe. Quien pretende con engaño
obtener algo de mí me produce mucho daño.
6. Quien hiere mi sentimiento con total impunidad...
Que deja mi corazón en absoluta orfandad.
7. Cada uno, a su manera, es cruel depredador.
De mi espíritu y mi mente es torpe devastador.
8. ¡Fuera los depredadores! ¡Que en paz pueda yo vivir!
Y si esto no me es dado ¡que en paz yo pueda morir!
9. No quiero oír sus disculpas cuando me ven destrozada.
No interesan sus razones. ¡Quiero convertirme en nada!
10. Que el pequeño corazón cansado ya de latir,
se detenga para siempre y así deje de sufrir...
11. Ya muerta pido un favor: No quiero flores ni caja.
No quiero palabras huecas. Tampoco quiero mortaja.
12. Para coronar mi tumba no quiero cruz ni letrero.
La guirnalda de mis penas será homenaje postrero.
13. Antes de ser olvidada pido un último favor:
A ser enterrada viva yo le tengo gran pavor.
14. Que alguien guarde mi sepulcro hasta que olor nauseabundo
indique, claro, que mi alma se ha marchado de este mundo.
15. Después pueden alejarse... ¡Olvidando ese lugar!
¡Que se borre la memoria de quien sólo quiso amar!

VERA VALDOR
 
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viernes, 2 de marzo de 2012

SILOS PARA EL DOLOR




1. Viajando por tierras del mundo entero he visto muchos silos por doquier.

Depósitos de granos, de cereales, para que el mundo tenga qué comer.

2. Mas no me fue posible, jamás pude encontrar aquello que buscaba.

Siempre quise saber si había silos donde nuestro dolor se acumulaba.

3. ¿El dolor en qué sitio se acumula? ¿Es que un recinto para él existe?

¿Están juntos lo trágico, lo hiriente, lo venal, lo dramático, lo triste?

4. ¿Adónde está el dolor acumulado, humano sufrimiento de milenios?

¿Adónde va el dolor de los humildes y aquel que martiriza a nuestros genios?

5. ¿Qué se hicieron los ayes de dolor producidos por salas de tortura?

¿Qué se hicieron los gritos lastimeros, los que el dolor llevó a la sepultura?

6. ¿Adónde van los gritos y lamentos de las hembras del mundo parturientas?

¿Adónde quejas y las maldiciones de tantas voces siempre descontentas?

7. ¿Talvez se juntarán las frustraciones con los vanos intentos y fracasos?

¿Se unirán tristes ecos del dolor que aprisionan las mentes y los brazos?

8. ¿Qué canal servirá de vertedero al tierno llanto del infante hambriento?

¿Adónde van las quejas del amor cuando fue traicionado el sentimiento?

9. ¿Quién reúne los ayes de dolor del soldado que muere en la batalla?

¿Adónde va el desgarrador lamento del que mata y escarnece la canalla?

10. ¿Irá todo el dolor a un muladar? ¿Se amontona el dolor en la sentina?

¿O corre por las cloacas de este mundo mezclado con las heces y la orina?

11. Talvez nuestro dolor sea alimento de innobles criaturas fantasmales.

Suerte de endriagos, sucios basiliscos, que viven digiriendo nuestros males.

12. Al gran dolor daría yo un destino. Siendo el dolor gran fuente de energía,

que se utilice en el mejoramiento de la moral del hombre cada día...


VERA VALDOR