viernes, 24 de febrero de 2012

¡MALDITOS SEAN MIS MIEDOS!

1. Cada día de mi vida caigo envuelta en mis enredos.
Son mis enredos mentales que yo bauticé "mis miedos".
2. Me tienen encadenada al muro de la memoria.
Y han impedido en mi vida cualquier amago de euforia.
3. Mis recuerdos son verdugos que en la noche o en el día,
aparecen quedamente para matar mi alegría.
4. Mi gran sensibilidad es para mí una cruz.
Que me hace ver oscuro donde otros ven la luz.
5. Circunstancias muy normales para el común de la gente,
para mí fueron dolores que me amargan el presente.
6. Episodios del pasado que todos borran con gusto,
en mi alma exacerbada son motivo de disgusto.
7. Padezco un miedo ancestral que me tiene a mí cautiva.
Troglodíticos resabios de la mujer primitiva.
8. Le temo al alud de nieve, temor me causa el torrente,
me da miedo el huracán, me aterra la lava hirviente.
9. Miedo a la naturaleza asesina y destructora.
A su poder natural de fuerza estremecedora.
10. Temor a esa pasión, a ese odio ancestral
que invade a todo ser vivo racional o irracional.
11. Temor al destino incierto, carente seguridad
que empaña constantemente mi micro-felicidad.
12. Mi miedo a perder belleza. Que el tiempo y su destrucción
desmoronen lentamente mi poder de seducción.
13. El temor de envejecer. Una constante en mi vida.
Me aterra llegar a ser una vieja desvalida.
14. El temor al más allá. Me preocupa a mí la muerte.
Miedo al incierto destino que me depare la suerte.
15. Temor al tiempo que pasa. Cada triste campanada
nace, suena, vibra y corre para esfumarse en la nada.
16. El miedo de no dormir. Me visita noche a noche.
Desfile de viejos rostros que me miran con reproche.
17. Imágenes enemigas que en contínuo desfilar,
reavivan tristes recuerdos que me impiden dormitar.
18. Miedo a los sueños que invaden mi atribulado dormir.
Reedición de mis dolores que así vuelvo yo a sufrir.
19. El temor a despertar. Y renovar la visión
de esta existencia que arrastro. Inexplicable misión.
20. El miedo a no despertar. Que sea la vez postrera
que decida mi descanso. Y en esa noche yo muera.
21. Miedo al amor inconstante. Al amor que resplandece
como un fuego de artificio que luce y desaparece.
22. Miedo a la maternidad. A que mi hijito querido
caiga en las fauces arteras de este mundo corrompido.
23. Cada uno de estos miedos es motivo de aflicción.
Se entremezclan, me desgarran. Me sumerjo en confusión.
24. ¡Malditos sean mis miedos! Que alteran mis emociones.
Me impiden vivir mi vida el horror de sus visiones.
.....................................................................................................

25. ¿Ya no me estás escuchando? ¡No te duermas, por favor!
No me dejes aquí sola. ¡Tan sola con mi pavor!

VERA VALDOR

viernes, 17 de febrero de 2012

¡QUE GUAPO ESTAS,MI AMOR,EN TU ATAUD!

1. "Al que es buen mozo todo le pinta"
Este aserto yo a veces repetía cuando con alborozo yo jugaba
y algunos adminículos graciosos de tu elegante cuerpo yo colgaba.
2. Entonces me gustaba solazarme con tu paciencia casi paternal.
Era un juego sencillo y repetido que alegraba la vida marital.
3. Me dejabas hacer lo que quería sin fastidio, talvez muy complacido.
Los mejores instantes fueron esos que recuerdo en mi vida haber vivido.
4. Hoy te veo, perdida tu sonrisa, los párpados cubriendo tu mirada.
Tu carne ahora yacente, dura y fría y en tu boca la mueca de la nada.
5. Las luces de las velas parpadean alumbrando tu rostro amargo y recio.
Un rictus dibujando el postrer gesto de amargura y dolor, talvez desprecio.
6. A través de tus labios entreabiertos veo el blanco adoquinado de tus dientes.
Que apretaron mi carne muchas veces como garfios lascivos, relucientes.
7. ¡Qué guapo estás, mi amor, en tu ataúd! Yo te creo durmiendo y no advierto
que ese cuerpo por mí tan adorado ya no te alberga más ¡porque estás muerto!
8. Tu belleza viril, arrolladora, me sigue atrayendo en demasía.
Querría conjugarme en un abrazo aunque sé que tu carne yace fría.
9. Me he vestido de fiesta para tí. Y en tu rostro cetrino, duro y frío,
han de estamparte mis pintados labios cientos de besos dados con gran brío.
10. Que no falten mis besos en tu tumba. Y además, cual si fuera un homenaje,
he de enredar en tus deseadas manos mi trusa fabricada con encaje.
11. Aquella que en el lecho del placer, entre miradas dulces y sonrientes,
con tu gracia, pasión y picardía, jugando me quitabas con tus dientes.
12. A la luz mortecina de los cirios luce de seda tu anhelada piel.
Y siento en mis entrañas el impulso de probar aquí tu sabor de miel.
13. El olor de la cera me hipnotiza. No puedo por tu muerte yo estar triste.
Plena estoy de alegría inextinguible por la dicha cuantiosa que me diste.
14. ¡Qué bello estás, mi amor, en tu ataúd! Contemplarte me llena a mí de gozo.
¡Si hasta la mortaja te está bien! ¡Mi amante eterno! ¡Mi varón hermoso!

VERA VALDOR

sábado, 11 de febrero de 2012

Vera Valdor

Posted by Picasa
Posted by Picasa

¡DESFLORADA SERE POR UN GUSANO!

1. A las fuerzas creadoras de este mundo,

culpables de su loca algarabía,

en nombre del rebaño femenino,

presento mi demanda en este día.

2. Observadora del terrestre entorno,

considero a esas fuerzas responsables

de muchos de los males que sufrimos,

de muchas circunstancias indeseables.

3. Las mujeres sufrimos la desgracia

de tener nuestro túnel precintado.

El acceso al misterio y al placer,

está por sutil tela custodiado.

4. Ese trozo de carne es muy liviano.

Pero llega a pesar en demasía,

por carga gigantesca de prejuicios

que el mundo nos endilga cada día.

5. ¿Por qué me precintaron? -me pregunto.

¿Por qué simbolizaron la moral,

por qué asignaron tal categoría,

a un trozo de mi piel, superficial?

6. Me enseñaron en tiempo de mi infancia

a cuidar con unción a mi membrana.

Que a su dueña perderla convertía

en sucia, indecorosa barragana.

7. Con tesón presionaron mi conciencia.

Transformaron mi virgo malhadado,

ese tenue precinto natural,

en reja con cadenas y candado.

8. La delgada compuerta fue motivo

de contínuas, variadas prevenciones.

Y fue así que quedé traumatizada

y enredada en un mar de inhibiciones.

9. Rasgarlo era pecado capital.

¡De tal manera trabajó mi mente

que vestal de forzada abstinencia,

al amor me negué rotundamente!

10. Huí de los placeres de la carne.

La experiencia sexual quedó vedada.

No quise que ninguno abriese paso

a mi lujuria muy encadenada.

11. A nadie yo entregué mi carne tibia.

La tenaz y brutal virilidad

no pudo destrozar con su embestida

mi escudo de forzada castidad.

12. Yo no quise sentirme depredada.

¡No quise padecer la humillación

de que un hombre lascivo y altanero

se jactara de mi desfloración!

13. El cortinado de mis genitales

no quise que hombre alguno lacerara.

La puerta de mi infierno vaginal

no quise que algún falo destrozara.

14. Yo creí que era un acto de liturgia

la sagrada apertura del arcano.

Y tenaz, impedí en toda forma,

que lo intentase hacer un ser humano.

15. Dominé mis impulsos genitales.

Con avaricia resguardé el tesoro.

Y creí ser la reina triunfadora

por haber custodiado mi decoro.

16. Pasaron muchos años y ya adulta,

harta de los amores que no tuve,

en la alta noche, solitaria pienso

en hombres conque nunca me entretuve.

17. ¡Vivo angustiada en mi desierto lecho!

El orgullo y desdén en un rincón.

Pensando en mi cercana sepultura

he llegado a una triste conclusión.

18. Cuando yaciente, fría e indefensa

yo me pudra en la fosa sepulcral,

un bicho repulsivo, violador,

visitará mi antro vaginal.

19. Tragará mi tesoro virginal...

Lo nunca permitido a un ser humano,

mi indefensión tendrá que tolerar...

¡Desflorada seré por un gusano!


VERA VALDOR