viernes, 25 de febrero de 2011

ESTOY CONTIGO, PENSANDO EN TI

1. A pesar que tus brazos me aprisionan
en momento sublime que bendigo,
no vivo en plenitud esos instantes
de compartir un gran placer contigo.

2. Me enredas a tu cuerpo varonil.
Y cohibida de dicha y de placer,
yo siento que en tus brazos solamente
advierto que yo soy una mujer.

3. Esta hembra en extremo complacida
sin embargo se siente contrariada.
La candente pasión que por ti siento
es causa de vivir muy perturbada.

4. Evidencia total que estamos juntos
es la que tengo junto a ti en el lecho.
Pensamientos de angustia y soledad
me alejan mentalmente de tu pecho.

5. Pues se funde tu carne con la mía
y en lugar de entregarme a esa pasión,
en el amor por ti sigo pensando
y el pensamiento enturbia mi razón.

6. Y me pongo a evocar paso por paso,
recuerdos del pasado y del presente.
Las diversas etapas del amor
que conmueven y anidan en mi mente.

7. Mis momentos vividos junto a ti
que mi mente atesora con cuidado.
Mil detalles de lides amatorias,
combates sostenidos con mi amado.

8. A pesar de mi amor superlativo
y gozar plenamente del encuentro,
yo no puedo evitar ni aún en el lecho
la especial propensión que llevo adentro.

9. Mi gran necesidad espiritual,
el ansia que despierta tu persona,
a pesar de la carne y su embriaguez
impiden que repose mi neurona.

10. Y en el sublime instante del placer
entrelazada a ti muy fuertemente
yo no pierdo detalle del encuentro
y lo añado al tesoro de mi mente.

11. En el fragor de esta pasión candente
mi memoria custodia cada instante.
Es archivo de eróticos encuentros
que he vivido y que vivo con mi amante.

12. Otra faz del misterio del amor.
¿Cómo es posible que la unión carnal
aparente gran dueña del momento
permita mi accionar intelectual?

13. ¿Te extraña mi aparente distracción
cuando tú te estremeces junto a mí?
No me creas ausente de esa dicha.
Es que contigo estoy... ¡pensando en ti!

VERA VALDOR

viernes, 18 de febrero de 2011

ESTOY BUSCANDO UN GRITO

1. Yo sigo buscando un grito.
Que fue grito de lamento.
Noche y día me acompaña
el eco que en mí yo siento.


2. Es el grito que lanzó mi niño aún no formado,
el día que por mi órden en mi pelvis fue matado.


3. Ese día estaba sorda y no oí ningún quejido.
Después empezó a sonar aquel lamento en mi oído.


4. Suena una y otra vez en mi mente atribulada
el grito que me reprocha esa vida asesinada.


5. ¿Adonde ha ido ese grito? Yo lo busco por las calles,
por páramos silenciosos, por montañas y sus valles.


6. Oigo el grito muy lejano. Lo buscaré por el mundo.
Talvez calme al encontrarlo este dolor tan profundo.


7. Me he metido en la bocaza de gigantescos volcanes.
Por ver si allí lo encontraba y cesaban mis afanes.

8. Me deslicé por cascadas de agua muy cristalina.
Por ver si estaba mezclado con el agua cantarina.

9. Con cuidado he revisado las grutas de la montaña.
Para poder capturar ese eco que me angaña.

10. Pero no he tenido suerte. No lo he podido encontrar.
Quizá sea mi castigo ese lamento escuchar.

11. En la tumba de mi pelvis talvez esté sepultado.
Acompañando el recuerdo del niñito despreciado.

12. Recorreré en pos del grito hasta el último rincón.
Yo necesito encontrarlo para implorar su perdón.

13. Talvez huya el grito al verme bien lejos de mi presencia.
Porque tema que lo ahogue esta madre sin conciencia.

14. ¿Cómo es posible, Señor, que un grito tan silencioso
suene eternamente en mí perturbando mi reposo?

VERA VALDOR

viernes, 11 de febrero de 2011

A A TI DEBO EL ENCANTO DE MI VIDA

1. A ti debo el encanto de mi vida.
Eres hombre de gran rusticidad
que mis manos expertas alaciaron
beneficiando mi femineidad.

2. Cavernarias rebabas adornaban
tu ordinario, cerril temperamento.
El lograr desbastar tus asperezas
no fue obra sencilla, de un momento.

3. Tu escasez, tu pobreza de vocablos,
me hicieron ante ti aparecer
suntuosa expendedora de palabras
que tu mente escuchaba con placer.

4. Fascinante embeleso de mis labios,
productora de dulce encantamiento.
Que despertaban tu sensualidad
y a la vez, pudoroso sentimiento.

5. Que contrastaba con tu rispidez,
con tu hostil habitual severidad.
Vocablos que salían de mi boca
colmados de brutal sensualidad.

6. Tu actitud de cazurra veronía,
parquedad reiterada en el hablar,
de mi femineidad fue el acicate
y mi pelvis te quiso conquistar.

7. La aguda mezquindad de tu lenguaje,
lo pobre de tu burda elocución,
me hicieron anhelar con frenesí
tu carne codiciada de varón.

8. Y vi nacer en mí la fantasía.
Y te vi cual mecánico muñeco.
Y quedé sensualmente complacida
creyendo en el metálico embeleco.

9. Y adquiriendo derechos de creadora
te usé como instrumento de placer.
Siguiendo los dictados de mi antojo
a tus dos manos ordené qué hacer.

10. Te arrastré por mi cuerpo palpitante.
Te hice acariciar una y mil veces
-ansiosa de contacto masculino-
mis mórbidas y suaves redondeces.

11. Te obligué a un escrutinio detallado
de mis múltiples joyas naturales.
Mis mamas, mis orejas, cabellera,
mis otras pertenencias bien carnales.

12. Mi cuerpo tan gentil, pleno de gracia,
se entrelazó con tu rusticidad.
Y mo pelvis quedó agradecida,
colmada de carnal felicidad.

13. La locura sexual a mí me embriaga.
La pude fabricar a mi medida.
¡Tú has cumplido con todos mis ensueños!
¡A ti debo el encanto de mi vida!

VERA VALDOR
Posted by Picasa