viernes, 24 de septiembre de 2010

SEDUZCO CON MI CEREBRO

1. En materia de atracción
-tema en que yo soy perita-
no siempre es más atrayente
la mujer que es más bonita.

2. Hay mujeres poseedoras
de una admirable belleza.
Pero carecen de dones
que otorga naturaleza.

3. Pueden tener lindas piernas,
un par de pechos hermosos,
boca muy bien dibujada
y glúteos muy armoniosos.

4. Mas si a las piernas bonitas
se las mueve con torpeza,
por ellas no perderá
ningún hombre la cabeza.

5. Puede tener ojos bellos
mas si no saben mirar,
es inútil que pretenda
con sus ojos coquistar.

6. Tengan esto por seguro
-yo lo sé por experiencia-
El arte de la atracción
es un arte y una ciencia.

7. Ningún cuerpo femenino
aunque esté muy bien formado
está realmente completo
sin el cerebro adecuado.

8. Piernas, ojos, glúteos, pechos,
-todo lo que ve la gente-
se manejan desde adentro
con el poder de la mente.

9. Una mente inteligente
con un poco de buen gusto,
sabe mostrar lo que tiene,
desde las nalgas al busto.

10. Hay que saber sonreír
en el momento adecuado.
Y saber cómo mirar
según sea el conquistado.

11. Caminar es muy sencillo.
Convertirlo en atrayente
significa caminar
en forma muy diferente.

12. Un gesto a ademán vulgar
los hace cualquier mujer.
Hacerlo con distinción
es algo que hay que aprender.

13. La bonita sin neuronas
es vulgar animalito
apetecida por hombres
que pretenden muy poquito.

14. Mas si es varón refinado,
si es un hombre pretencioso,
hay que darle buenas curvas
y un espíritu ingenioso.

15. De dos mujeres hermosas
será más encantadora,
quien sepa animar sus curvas
con mentalidad creadora.

16. Coquetear con el cerebro
es coqueteo adecuado.
Lo practico y aconsejo.
¡Ma da muy buen resultado!

VERA VÁLDOR

jueves, 16 de septiembre de 2010

UNA VIRGEN DE MADERA

1. Quisiera ser muchas cosas.
Les confieso la primera.
¡Con fuerza deseo ser
una virgen de madera!

2. Hecha con cierta rudeza,
plena de rusticidad.
Salpicada con cien nudos.
Sencillez, simplicidad.

3. Pobre el vestido y el manto,
pies descalzos y sufridos.
Actitud de protección
en mis brazos extendidos.

4. Ojos plácidos, serenos,
En mi rostro una expresión
que con bondad y dulzura
invite a la confesión.

5. Vulgar madera nudosa
tallada a simple cuchillo.
Sin afeites ni pintura,
sin color, sin ningún brillo.

6. En un altar lateral
de una pequeña capilla.
Que acuda a mí con su fe
la gente buena y sencilla.

7. Y escuchar atentamente
la vocecita inaudible
que convierte a lo trivial
en pecado muy temible.

8. Ser un dulce recipiente
de quejas y de clamores,
rosario de muchos males,
retahila de dolores.

9. Apuntalar, comprensiva,
alguna fe vacilante.
Prestar báculo adecuado
al cansado caminante.

10. Oír con una sonrisa
la simplicidad de un niño.
Para él enormidad.
Y escucharlo con cariño.

11. Confortar a la mujer
que me cuenta su sufrir,
sus problemas femeninos
en el diario convivir.

12. Ser lienzo que purifica
cualquier humano dolor.
Que enjuga gotas de sangre,
las lágrimas y el sudor.

13. Infundir un nuevo brío
en el hombre acongojado.
Que se siente incomprendido,
atropellado, engañado.

14. Dar a ancianos temerosos
transidos de desengaños,
más fe y resignación
para sus últimos años.

15. Que el dolor que se me entrega
humanice mi madera.
Y se transforme el dolor
en lágrima verdadera.

16. Que mi rostro de madera
irradie serenidad.
Que sirva de útil consuelo
a la pobre humanidad.

17. Si pacificar pudiera
el alma de cualquier ser,
una virgen de madera
¡es lo que quisiera ser!

VERA VÁLDOR

viernes, 3 de septiembre de 2010

ME TOCARAS CUANDO YO TE LO PIDA

1. He de hacerte una advertencia.
Nos despedimos anoche.
Fue agradable la velada.
Mas debo hacerte un reproche.

2. Me acerqué hasta tu mejilla
y quise dejarte un beso.
Pude advertir en tu gesto
que esperabas más que eso.

3. Deslizaste en mi pecho
una caricia furtiva...
Elegiste mal momento.
Yo no estaba receptiva.

4. Creí que me conocías
al menos lo suficiente
para saber que esta hembra
es mujer independiente.

5. No pertenezco a ninguno.
Y mucho menos a ti.
Cuando quiera ser tocada
haz de saberlo por mí.

6. Yo no soy una ovejita
que se deja atropellar.
Soy una loba con dientes
a quien hay que respetar.

7. Me molesta el moscardón
que anda en torno de la miel.
Cuanto más lo oigo zumbar
quiero alejarme de él.

8. Cuando a mí me gusta un hombre,
el convite del amor
lo hago yo con mil señales
que no admiten el error.

9. Un suspiro, una actitud,
una palabra galante,
te dirán muy claramente
que yo te aguardo anhelante.

10. Si no entiendes la fineza
de mi suave invitación,
te pediré sin rodeos
mi carnal satisfacción.

11. Si mi carne no apetece
lo que tú le puedes dar,
es muy vano todo intento
de quererme manosear.

12. Deja tu machismo a un lado.
Hazme sentir que soy dama.
No mujercita ligera
que tú empujas a una cama.

13. Quita tu mano del pecho.
Ve pensando en otra cosa.
Que cuando ansiosa no estoy
¡soy cual sierpe venenosa!

14. Bienvenida tu manita
cuando mi seno la pida.
De lo contrario tendrás
una brutal despedida.

15. Si yo necesito un hombre
para sentirme feliz,
al lecho que me apetezca
lo llevo de la nariz.

VERA VÁLDOR